lunes, 23 de marzo de 2009

Tan solo un Instante

La brisa nocturna envolvía mi cuerpo, movía cadenciosamente las cortinas del cuarto, golpeaba suavemente las ventanas. Y estaba allí, tendida en la cama, desnuda, acostada junto a vos. Vulnerable, en el lugar donde se alquimizan mis miedos y se conjuran mis demonios.
Serena, cada vez mas espectadora de mis naufragios y mis ciénagas.
Desprendida, sin hastíos de noche sin luna.Viajera de la muerte y la resurreción. Y fue un instante, solo gozo y paz. Así se tatuó en mi piel.
Podían iluminarme todas las constelaciones del universo, y mostrarme su luz las luciérnagas...
Silvia

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