domingo, 6 de enero de 2013

Hablando del amor...en tiempos de crisis. LEER!!!! EXCELENTE!!!!

Mujeres sin pareja y con óvulos “criopreservados”

Chicas solas

La autora discierne una franja integrada por “mujeres de 35 a 40 años, con dificultades para formar una pareja estable”, que se proponen “criopreservar sus óvulos, por si la pareja a la que aspiran se demorara”. Es que, “según ellas, los varones no se comprometen y las relaciones no se consolidan”.

/fotos/20121227/notas/na37fo01.jpg
Por Irene Meler *
En el contexto de algunas psicoterapias psicoanalíticas en curso, varias mujeres jóvenes, cuyas edades oscilan entre los 35 y 40 años y cuyo motivo de consulta se relacionó con sus dificultades para formar una pareja estable y construir sobre esa base una familia, plantearon la posibilidad de criopreservar sus óvulos, y algunas de ellas efectivamente lo han hecho. Este recurso que ofrece el sistema médico está diseñado para resguardar la posibilidad de tener hijos que porten los propios genes, en el caso de que la construcción de la pareja a la que aspiran se demorara más allá del cese de su capacidad reproductiva.
Además de explorar el imaginario acerca de la conservación de óvulos, y de conocer el modo en que esta práctica médica afecta el cuerpo y el psiquismo de las pacientes, considero necesario reconocer que atravesamos por un período histórico donde la formación de parejas se encuentra muy dificultada en los sectores sociales medios, que han tenido acceso a la educación superior. Tomando datos disponibles, procedentes de España, al menos el nueve por ciento de las adopciones internacionales y el tres por ciento de los embarazos asistidos en ese país corresponden a madres solas: mujeres maduras con buen nivel educativo y con recursos económicos y vitales suficientes para mantener en solitario a sus familias.
Existe sin duda un malestar en las actuales relaciones de género entre jóvenes adultos. Las pacientes refieren que los varones con quienes se vinculan presentan actitudes de falta de compromiso, limitándose a llamados ocasionales para salir juntos y tener relaciones sexuales, pero sin establecer una relación que tenga posibilidades de consolidarse. Ellos suelen mantener relaciones paralelas que no ocultan, como sí lo hacían las generaciones anteriores. Agobiadas por la soledad, estas jóvenes entablan vínculos clandestinos con hombres casados, aceptan visitas después de medianoche y se involucran en relaciones intermitentes que les resultan frustrantes, sin atreverse a rechazarlas por temor a quedar privadas del contacto con los varones.
Mi impresión es que esta dificultad para establecer parejas ocasiona sufrimiento sobre todo entre las mujeres, mientras que los varones, al menos durante algunos años, la disfrutan. Ellos no se encuentran acuciados por el ominoso tic tac del reloj biológico, y confían en que, cuando decidan formar una familia, serán padres si así lo deciden. Mientras tanto, la diversidad de contactos sexuales, hoy accesible de modo casi irrestricto, les resulta, en general, más atractiva que un compromiso emocional que estiman prematuro. Por otra parte, la formación de parejas con mujeres más jóvenes que ellos está aceptada por la costumbre y, lejos de disminuir, se ha incrementado, de modo que pueden establecer una pareja estable después de los cuarenta años con mujeres menores en una década o más.
Ellas, por el contrario, pese a la modernización y a la liberación sexual, desean con frecuencia una relación con la que puedan contar y en cuyo marco les resulte posible elaborar proyectos conjuntos. Esto sucede porque persisten enclaves de una arraigada dependencia femenina respecto de estar en pareja con un varón. La presión social sobre las mujeres solteras es todavía muy fuerte y el escenario donde se pone en juego son las fiestas y eventos públicos como los casamientos, cumpleaños o aniversarios. Allí, la mirada de los otros evalúa de modo desfavorable a las adultas jóvenes que están solas, suponiendo que esto se debe a alguna dificultad subjetiva para cumplir con lo que es considerado como una meta evolutiva: formar pareja y familia. Aun cuando esta situación no se presente en la realidad, ellas la imaginan y sufren en consecuencia, llegando a desarrollar verdaderas fobias sociales en relación con esa soledad que parece evidenciar una carencia o un fracaso. Cuando los amigos van formando sus hogares y ellas aún no lo han logrado, su compañía se vuelve penosa y el sentimiento de humillación que padecen las incita a replegarse.
No sólo las aflige la presión social, sino que las mujeres suelen plantear mayores demandas vinculares, y las relaciones de intimidad les demandan un trabajo psíquico que los varones suelen destinar a los logros laborales. Esto sucede porque la exigencia que pesa sobre ellos consiste en que obtengan una posición económica y social que los ubicará en su contexto, en una especie de escalafón implícito, donde se les asignará un estatuto dentro del colectivo formado por los varones de su edad y condición social. De acuerdo con su desempeño, ellos se inscribirán en una masculinidad hegemónica o pasarán a revistar en los sectores subalternos del colectivo masculino.
Vemos entonces que, pese a las proclamas de paridad, la familia continúa siendo un imperativo social y subjetivo para las mujeres jóvenes, mientras que el trabajo aún mantiene su vigencia como ámbito para la puesta en juego de la masculinidad. Estas jóvenes a las que me refiero trabajan, y muchas veces lo hacen con éxito, pero no apuestan a ello la totalidad de sus energías o de su estima de sí. Los varones que les son contemporáneos forman, finalmente, familias, pero el eje de su proyecto vital pasa por obtener logros laborales, o en algún caso deportivos, pero siempre competitivos.

Encuentros sexuales

La censura sobre el ejercicio de la sexualidad prematrimonial, que durante el siglo XIX y hasta mediados del siglo XX fue muy severa para las mujeres, ha caducado casi por completo. Las mujeres jóvenes de los sectores medios educados ejercen su sexualidad de un modo antes desconocido, porque gozan de una nueva legitimidad y, gracias a la anticoncepción moderna pueden librarse de los embarazos no deseados. La pandemia de sida ha remozado el uso del preservativo y, aunque ellas todavía se sienten inhibidas a la hora de reclamarlo, lo exigen cada vez más, y hasta lo ofrecen. Sin embargo, el supuesto tácito acerca de que una salida con un hombre incluye de modo inevitable e inmediato la intimidad sexual encubre nuevas formas de opresión asociadas con un dominio masculino que, si bien está fragilizado, se reestructura sin cesar.
Es conocido que los varones presentan con frecuencia una actitud de búsqueda compulsiva de encuentros sexuales, animados no sólo por el deseo, sino también por el imperativo de la performance, que permite un reaseguro acerca de su virilidad. Se observa que muchas jóvenes “liberadas” se someten a esta compulsión masculina, accediendo a una intimidad que les resulta a veces abrupta y prematura, con el propósito de agradar y ser aceptadas. Ocurre algo semejante con algunas prácticas sexuales, tales como el sexo oral sin reciprocidad, o el sexo anal, que cursan como aparentes indicadores de sofisticación y superación de inhibiciones pero que para muchas mujeres representan actos de servidumbre.
El acceso irrestricto a la intimidad sexual tiende a desvalorizarla, en especial para los varones, que, ante la amplia y variada oferta erótica, tardan mucho en realizar el pasaje entre el placer y el apego a un objeto de amor específico al que se atribuya características de unicidad. En algunos casos, este proceso simplemente no sucede.
No se trata de idealizar “los buenos y viejos tiempos”, y construir así un paraíso retrospectivo donde, supuestamente, reinaba el verdadero amor. El amor romántico constituyó una mistificación de la dependencia femenina y encubrió la vigencia de otras consideraciones, tales como el ascenso social, que era posible para las mujeres a través de la formación de pareja. Para los varones implicó la construcción de un reino privado donde han ejercido la jefatura, y la seguridad –siempre ilusoria– de una progenie legítima.
Pero cada período histórico se caracteriza por su modalidad específica de malestar cultural. Si la modernidad hizo padecer el dominio masculino, los roles sexuales rígidos y la doble moral sexual, los tiempos posmodernos se caracterizan por la soledad, el aislamiento y la desinserción social.

De casa al trabajo

El sector de adultos jóvenes al que me refiero ha accedido a una formación educativa de nivel universitario y posuniversitario. Por efectos de la tercera revolución tecnológica, la oferta de trabajo ha disminuido de modo notable, mientras que el incremento poblacional progresa: las generaciones jóvenes enfrentan un mercado laboral donde deben competir intensamente para acceder a los escasos puestos de trabajo calificado y bien remunerado. Este tipo de ocupaciones se caracteriza por una demanda de tiempo y dedicación que ha sido denominada full life, ya que exige dedicar la totalidad de la existencia. Esta situación converge con la persistencia del tradicional imperativo de que sean las mujeres quienes cultiven los vínculos de intimidad. Pero estas jóvenes se han visto involucradas en fuertes exigencias y han padecido elevadas tensiones en sus tareas de responsabilidad. Debido a su obligada devoción al trabajo, muchas de ellas enfrentan, a mediados de su treintena, una escasez de redes sociales que dificultan conocer hombres de su generación para formar pareja.
Al mismo tiempo, en ese sector social, los requerimientos para obtener un nivel de vida considerado como adecuado o aceptable se han incrementado. Los varones de este sector suelen demorar la constitución de una familia para dedicar toda su energía psíquica a la carrera laboral. Como vimos, pueden hacerlo gracias a una particular combinación entre su especificidad biológica, que les permite conservar la fertilidad hasta períodos avanzados del ciclo de vida, y su dominancia social, que ha favorecido la erotización de las uniones asimétricas en cuanto a la edad, donde ellos pueden ser mayores que sus compañeras en más de una década.
En términos generales, cuando las parejas se establecen a edades más tempranas, si bien algunas pueden fracasar debido a la inmadurez, en otros casos se constituye un “nosotros”, una cultura, primero conyugal y luego familiar, que es parte de la identidad de cada sujeto. Promediando la treintena, los individuos posmodernos ya han formado su carácter y encuentran difícil integrar una estructura familiar con otro a quien pretenden, vanamente, asimilar a sí mismos.

Guiones eróticos

Los sexólogos han acuñado el concepto de “guiones eróticos” para referirse a un conjunto de fantasías que orquestan expectativas recíprocas que van pautando el intercambio amoroso entre varones y mujeres. Estos guiones exceden en mucho el mero intercambio sexual y es posible ampliar el sentido originario de la expresión para referirlo a la totalidad de los vínculos de pareja, incluyendo los arreglos económicos y familiares. En otros términos, quienes hoy transitan por el comienzo de su edad adulta están actuando sin libreto, navegando sin carta de navegación, recorriendo territorios sin mapa. Es cierto, se han superado los límites estrechos del pueblo chico y el mundo abre posibilidades diversas, pero es fácil extraviarse y llegar a situaciones sin salida. La conformidad de otros tiempos oprimía pero también brindaba protección.
Dentro de las opciones hoy posibles, vemos que algunas mujeres se aventuran por un sendero en apariencia novedoso, que consiste en fabricar sus propios hijos. Si ellos se muestran esquivos y renuentes, ellas asumirán el proyecto de familia de forma individual. Esta elección es innovadora en lo que se refiere a las tecnologías en juego. En lo que se relaciona con los imaginarios, no hace más que reiterar una actitud nada infrecuente entre las mujeres tradicionales, consistente en una adaptación formal a través del matrimonio, donde el varón elegido no era más que el catalizador necesario para desencadenar el circuito reproductivo que haría, por fin, que ellas fueran madres. He encontrado, en algunas terapias de pareja, una conciencia masculina lúcida y alerta ante ese tipo de instrumentación al servicio de un proyecto narcisista de maternidad.
Las mujeres que congelan sus óvulos exhiben de modo manifiesto que éste es un proyecto individual. He planteado anteriormente (“Parentalidad”, en Género y familia, de Mabel Burin e Irene Meler, ed. Paidós) que el acceso a la parentalidad suele ser inicialmente narcisista y que la referencia al otro y a la unión de pareja tiene con frecuencia un carácter encubridor. Los óvulos en el freezer testimonian sin pudor la vigencia de este anhelo, que no consiste en tener un hijo con otro concreto elegido para tal fin, sino simplemente en ser madres. La ilusión de conocer un varón con el que puedan entablar una relación amorosa no es resignada pero, si este proyecto no llegara a concretarse, queda implícita la posibilidad de fecundar los óvulos preservados con semen proveniente de un donante, ya sea amistoso o anónimo.
Existe al interior del campo psicoanalítico una cierta repulsa, cuasimoral, hacia el narcisismo, y una elevada valoración de la capacidad amorosa de índole oblativa. Sin embargo, en la opción por la maternidad en soledad, de apariencia narcisista, es necesario percibir el anhelo de un vínculo, la demanda de amor implícita en esta creación, en apariencia omnipotente, de otro que será, de modo irremediable, ajeno, y nunca estará a la altura de los sueños de su creadora.
* Directora del Curso de Actualización en Psicoanálisis y Género (APBA y Universidad Kennedy) y codirectora de la Maestría en Estudios de Género (UCES). Texto extractado del trabajo “Solas a pesar suyo, madres por elección”, presentado en el marco del Foro de Psicoanálisis y Género de APBA.
© 2000-2012 www.pagina12.com.ar  |  República Argentina  |  Todos los Derechos Reservados






domingo, 30 de diciembre de 2012

Desencuentro



Casi dan las doce y sigo sin encontrarte.

Te busqué, infatigable,
en todos lados y todo el tiempo:
amanecer y mediodía,
sombra
y sueño.

Arrasada por la ausencia,
fui atesorando pequeños detalles para sobrevivir:

la poesía, tan parecida al color de tus ojos,
y la indignación, a la fuerza de tus manos.

Con los niños y la música,
era casi como estar juntos y obtuve
la fuerza necesaria para seguir buscándote.

Apresurada,
di vuelta muchas máscaras hermosas,
que sólo me ofrecieron su indiferencia.
Después,
te busqué tras el rostro de los mendigos,.
pero te habías marchado.

Desesperada,
volví del revés la capucha de los verdugos, pero
previsiblemente,
estaban huecas.

Ahora,
acepto que pasaré esta noche sola,
y ya no te busco.

Si me recuerdas tersa, brillante, alegre,
aquella muchacha
agotó sus alas
y
no podrías reconocerla en mí.

A cambio. aprendí a escudriñar el horizonte,
y a reconocer cada estrella.
Sé los nombres de todas las cosas,
y repito de memoria cualquier receta.

Puedo enumerar cada hierba del camino,
para curar las heridas del cuerpo o
el alma.

Y aunque a veces aún te extraño,
y aunque, todavía, al pasar,
algunos preguntan dónde está mi dueño,
a mi ha dejado de inquietarme la respuesta
porque ahora,
soy dueña de todo lo demás. Ada Fanelli







lunes, 15 de junio de 2009

El Bello Durmiente


Había una vez una princesa que como todas las princesas deseaba enamorarse. Cuando caminaba por el Jardín de Palacio observaba a los pajarillos cuidar amorosamente de su nido y los suspiros escapaban de sus labios. Cuando era niña las doncellas le habían contado todas las historias de todas las princesas de los alrededores. Blanca Nieves, Cenicienta, Trenzas de Oro eran sus favoritas, pero desde luego, la más admirada era La Bella Durmiente.
Como las hadas y las brujas viven mucho, pero mucho tiempo, la Princesa pensó que tal vez alguna poseería aún el hechizo para dormir durante cien años sin envejecer y despertar con un beso. Envió, en secreto, emisarios que recorrieron e investigaron y luego otra vez recorrieron e investigaron e investigaron y recorrieron hasta obtener la información. Al fin, encontraron a una torcida mujer que parecía poseer todos los sortilegios y encantamientos. Entonces, en secreto, nuestra princesa se dirigió hasta donde vivía la vieja que estaba muy bien dispuesta para hacer negocios. La joven entonces dijo:
-Yo aprendí que el amor es lo más importante del mundo. Sé también que el amor cuesta –aquí los ojitos de la vieja brillaron- y es necesario sacrificarse para encontrarlo. Yo lo busco desde hace tiempo, pero no llega. Mi juventud está a punto de expirar, pues voy a cumplir veinte años, así que tengo que hacer algo. Necesito la pócima que tomó La Bella Durmiente para detener el tiempo hasta que el amor venga a buscarme.
Subrayando sus palabras, sacudió la bolsita de terciopelo que llevaba en su cinto, y las monedas tintinearon tentadoramente. La hechicera se inclinó sobre un caldero y deslizó algo dentro, después pronunció unas palabras incomprensibles y encendió el fuego. Al rato, el contenido bullía y un hilo de humo blanco se elevó dibujando un corazón en el aire.
Asombrados, los presentes no pronunciaron palabra. Por fin, la bruja tomó un poco del líquido en un cuenco y llenó un frasco. Con un gesto dejó muy claro que esperaba la paga antes de entregar la mercadería.
- Moja con esto tus labios y dormirás hasta ser besada. Si también humedeces los labios de tus servidores, ellos dormirán contigo y contigo despertarán para seguir a tu servicio.
La princesa entregó las monedas y se marchó llevando lo que había venido a buscar. La bruja, que había esperado una oportunidad así para retirarse, preparó una maleta, metió adentro algunos hechizos para casos de emergencia, el libro de embrujos que heredó de su abuela y montó en la escoba no si antes hacer cita con el mejor cirujano plástico de la comarca.
Recuperada en parte su belleza y con buenos dinerillos en la bolsa, se dedicó a recorrer el mundo como tantas veces había soñado. Estaba sentada en una terraza tomando un Cinzano on the rocks y leyendo una revista de chimentos cuando vio en la tapa una fotografía de su última clienta, bastante demacrada. Un título decía: “La Princesa está triste: ¿Qué tendrá la Princesa? “ En las páginas interiores el periodista contaba la historia de la joven que había dormido durante años antes de ser descubierta por el Príncipe Azul.
Y sin embargo…
¿Qué habrá pasado? Se preguntó la Hechicera jubilada, que estaba un poco aburrida.
Y para encontrar la respuesta se dirigió a Palacio montada otra vez en su escoba.
Debido a tan personal medio de locomoción, sólo se permitía viajar de noche para no ser vista, así que llegó de madrugada. Sin embargo, los aposentos reales ya estaban iluminados. Buscó y encontró a la Princesa en la cocina. Golpeó en el cristal de la ventana y fue reconocida enseguida. La princesa estaba despeinada y con cara de sueño a pesar de lo cual mostró gran alegría reconociendo a la recién llegada. La bruja saludó mostrándole la revista que llevaba consigo para explicar el motivo de su visita. La Princesa no pudo retener las lágrimas que corrieron alocadamente cuesta abajo por sus pálidas mejillas.
- ¿Qué ocurre, no conseguiste lo que deseabas? –preguntó la bruja.
- Si -dijo la joven- pero no es como lo soñé tantas veces. El Príncipe es amoroso y me quiere mucho. Tanto, que solo acepta la comida si yo misma la preparo y con las recetas del libro que su madre me regaló el día de la boda. No deja que nadie me ayude. Según dice, tenemos bastantes ratones y pajarillos como para gastar en más servidores.
Se hizo una larga pausa, después de la cual siguió diciendo:
-Su madre se llama Cenicienta, sabes? –y entonces a la bruja se le aclararon varias cosas.
-Nuestros sirvientes tampoco pueden tocar su ropa, así que debo lavarlas plancharlas y también lustrar sus botas. Es muy previsor y le gusta cazar con lo cual ahorramos el dinero del mercado, pero tengo que desollar los cuerpos de los animalitos todavía calientes con mis manos y limpiar espinas y escamas cuando vuelve de pescar- dijo haciendo un gesto con el que expresaba toda la repugnancia que le inspiraba esa tarea. Para que no me vea obligada tampoco a bajar a la feria por las verduras, me regaló un curso de “Huerta Orgánica” y así cultivo frutas y hortalizas en el jardín donde ya no hay canteros con flores ni pajarillos sino patatas, cebollas, zanahorias y un feo espantapájaros. No se me permite organizar fiestas porque las considera una frivolidad y una pérdida de tiempo y dinero, y si quiero comprar vestidos y zapatos dice que mejor me consiga un hada que me los regale, como hacía su madre. Salvo para ir de cacería no sale nunca de palacio. Jamás le perdonó a su padre que se marchara a las Cruzadas, por eso dice que nosotros estaremos siempre unidos y que debo agradecer a la fortuna su fidelidad y compañía. Come mucho y se queda jugando a los dados hasta altas horas de la madrugada. Yo en cambio, como estoy muy cansada, me quedo dormida en cuanto los juglares empiezan a cantar, por lo cual creo que nunca podré darle un heredero, lo que me reprocha con toda razón.
Después del discurso, la Princesa ocultó su rostro en el delantal para llorar nuevamente.
La bruja estaba callada reflexionando. Pensaba en lo acertada de su decisión cuando le dijo a Merlín que no se casaría nunca. Pero esa era otra historia, y ahora tenía que encontrar alguna solución para la muchacha apenada por la que, en alguna medida, se sentía responsable.
Buscó en su bolso hasta encontrar una botellita que tuvo la precaución de guardar. En el fondo quedaba todavía un poco de la pócima del sueño. Abrió el frasco y lo llenó hasta el borde con agua de la canilla. Lo cerró y se lo entregó a la Princesa diciendo:
- Pondrás sólo una gota en su copa de vino. Al estar rebajada, no dormirá cien años, pero si toda la noche y lo suficientemente profundo como para no despertar hasta el mediodía, hora en la que ya habrás hecho preparar su comida y limpiar su ropa a los servidores de palacio exigiendo secreto a cambio de buena paga.
Así fue, el Príncipe y después rey de aquel reino era un hombre bonachón y adormilado que con el correr de los años fue ensanchando su vientre cada vez más. La Reina, en cambio, gustaba de dar fiestas casi todas las noches así como de vestir a la última moda y se hizo famosa por sus catering vegetarianos. Como nadie cazaba, la fauna se multiplicaba y de todas partes llegaban los turistas para gozar de los bosques y fotografiarse junto a ciervos y faisanes. Gracias a ellos el reino gozó de gran prosperidad. La felicidad de sus soberanos era envidiada y siguieron ocupando las tapas de todas las revistas. Sin embargo, no tuvieron hijos, por lo cual, cuando al fin se marcharon de este mundo, hubo que votar a un sucesor, transformándose aquél sitio en el Primer Reino Democrático del País de la Fantasía. Colorin Colorado, este cuento se ha terminado?.
Ada Fanelli

lunes, 23 de marzo de 2009

Tan solo un Instante

La brisa nocturna envolvía mi cuerpo, movía cadenciosamente las cortinas del cuarto, golpeaba suavemente las ventanas. Y estaba allí, tendida en la cama, desnuda, acostada junto a vos. Vulnerable, en el lugar donde se alquimizan mis miedos y se conjuran mis demonios.
Serena, cada vez mas espectadora de mis naufragios y mis ciénagas.
Desprendida, sin hastíos de noche sin luna.Viajera de la muerte y la resurreción. Y fue un instante, solo gozo y paz. Así se tatuó en mi piel.
Podían iluminarme todas las constelaciones del universo, y mostrarme su luz las luciérnagas...
Silvia

miércoles, 11 de marzo de 2009

Esperando al plomero


Sucedió este verano. El calor era infernal, sofocante y pegajoso. Estaba aburrida esperando al plomero y me dije, mientras lo esperaba por enésima vez: -Y si me meto en un sitio de encuentros por internet atemperando la espera? Para conocer a alguien o hacer algún amigo? -. Y así fué, que después de un largo tiempo de no visitar estos sitios, decidí explorar la vasta fauna internauta perdida en el ciberespacio. Y sí, porque estos lugares te hacen sentir eterna caminante de senderos circulares. Todo te remite casi a lo mismo: un gran porcentaje de maleducados que te preguntan si no tenés cámara para luego solicitarte- "mostrame tu bombachita"- Hay que entenderlos, los señores están tan calientes que ni se toman el trabajo de seducirte y a mí la líbido se me cae hasta el piso. Está el que ve tu foto no le gustaste, no te pregunta nada y te da de baja sin siquiera saludarte. Está el que miente la edad y en el chat de 40 a 50 años se postula impunemente hasta que te dice -yo tengo 30 y tantos o 20 y tantos y me gustan las mujeres maduras-. Vaya a saber en su imaginario las mujeres maduras que artes o habilidades han adquirido con el paso del tiempo. Como si las mujeres maduras solo estuvieramos dispuesta al sexo y de paso nos hacen un favor.... La mayoría piensa en "palo y a la bolsa" pero no somos todas iguales y los hombres ya ni pueden diferenciarte en este medio. El calor del verano y la falta de respeto masculina terminaron quemando y agobiando mis neuronas. Sentí que si buscaba conocer alguien para conversar y luego ver que pasa, estaba equivocada, elegí muy mal el lugar. Si querés sexo express , el ciberespacio es tu lugar. Es más, si tenés miedo a las enfermedades, al contacto humano, a los hombres, si te queres preservar del amor y del dolor del desengaño, el chat es ideal. No arriesgas nada, podés inventarte una vida y ser maravillosa. Con un cuerpo y un peso ideal. Con todos los atributos que quisieras tener. Podés inventar todo. De hecho, la mayoría miente y se imagina una realidad virtual con sello propio. Todo llega a ser virtual, hasta el sexo. Chicas que quieren que les diga? Internet no nos facilita las cosas, es un lugar donde tenemos que hacer el mayor esfuerzo y trabajo, y participar una y otra vez para ver si encontras algún hombre que valga la pena. Para peor ahora se le suman diferentes variantes internautas: facebook, sonico, space, sky vaya a saber que y múltiples etcéteras y si querés podés abrir casillas diferentes y pasarte horas abriendo las bandejas de entradas de los diferentes sitios para ver si alguien te mandó un mensaje o se quiere comunicar con vos. Ufa!!! cuanto tiempo desperdiciado... En ese sentido mi amiga tiene razón, este es un tiempo de pico y pala además de la imagen. Pero parece que conocer alguien que valga la pena a través de internet, se asemeja mas a una excepción que a una regla. Bah! si lo pienso mejor, tener la posibilidad de conocer a un hombre con afinidades y gustos compartidos y que sea un compañero de vida, ya sea en el medio que sea, parece mas una excepción que la regla. La verdad que a esta altura se asemeja a un milagro!!! Si se trata de milagros entonces, le vamos a rezar a todos los santos, angeles y arcangeles para que colaboren. No crees en nada? Entonces, ya no sé que consejo ofrecerte porque la búsqueda de compañero y/o de amor en estos tiempos, se asemeja más a una cuestión de fé! (Y aún así no perdamos las esperanzas.....) .
P.D.: Bingo!!! lo esperé todo el día. El Plomero me dejó plantada por enésima vez!!! Silvia

Monologo de Laura Oliva, como lo recibimos lo copiamos

A VER SI NOS ENTENDEEEMOOOOSSS!!!!!

No sólo las mujeres somos complicadas........

Los Hombres 'buena gente' son feos.
Los Hombres lindos no son 'buena gente'.
Los Hombres lindos y buena gente, son gays.
Los Hombres lindos, buena gente y heterosexuales son casados.
Los Hombres no tan lindos, pero buena gente, no tienen dinero.
Los Hombres no tan lindos, pero buena gente y con dinero, creen
que sólo estamos tras su dinero.
Los Hombres lindos y sin dinero están tras nuestro dinero. Los Hombres lindos, razonablemente buena gente y heterosexuales, no creen que somos lo suficientemente lindas
Los Hombres que creen que somos lindas, que son razonablemente buena gente y tienen dinero, son unos COBARDES!!!!!

Los Hombres que son razonablemente lindos, razonablemente buena
gente, y tienen algo de dinero, son tímidos y NUNCA TOMAN LA INICI AT IVA.
Los Hombres que nunca toman la iniciativa, pierden automáticamente
el interés cuando nosotras tomamos la iniciativa.


Y ahora ... ¿¿¿ QUIÉN ENTIENDE A LOS HOMBRES ???

Si sos tierna con ellos ... Sos una cursi.
Si no .. Una insensible.
Si no te arreglás ... Sos una descuidada.
Si lo hacés ... Es para 'loquear' con otro.
Si no trabajás .. Sos una simple 'ama de casa'.
Si lo hacés (y ganás más que ellos) ... Se enojan.
Si ellos siempre pagan ... Es un abuso.
Si lo hacés vos ... Se sienten menos.
Si te acostás con ellos a la primera salida... Sos una loca rapidita
Si no ... histeriqueas….
Si ellos ascienden de puesto ... Es por sus capacidades.
Si lo hacés vos ... Es porque te acostaste con tu jefe.
Si ellos ven a otras ... Es su naturaleza.
Si vos ves a otros ... Sos infiel.
Si salís con un tipo sin dinero .. Sos una imbecil
Si salís con un millonario ... Sos una interesada.
Si a los 30 ellos no se casan ... Son solteros codiciados.
Si vos a los 30 no te casaste ... Ya se te fue el tren.
Si estás de mal humor ... Sos una neurótica.
Si ellos lo están ... Pobrecitos, no los comprendés.
Si sos fea ... No te dan bola.
Si sos linda e inteligente ... Te tienen miedo.
Si te creas un Fotolog se enojan :)
Si te meten los cuernos y sigues con ellos ...Más estúpida no podés ser.
Si lo hacen y los mandas a la m ... Que poco aguante tenés.
Si tienen una amante ... Es porque en su casa no tienen lo que necesitan.
Si lo tenés vos ... Ah... ¡Qué puta!
Si ellos andan con una más joven ... ¡Bravo, Bravo, Bravo!
Si vos lo hacés ... Es que necesitás que te hagan 'el favor'.
Si están intolerables ... Compréndelos, tuvieron un mal día.
Si vos estás intolerable ... Es que estás 'en tus días'.
Si no los cuidás, los mimás, les tenés su comidita, su ropa y la casa impecable .. sos una inútil !
Si cumplís con todo ... ¡¡¡TE DEJAN POR OTRA!!!


LOS HOMBRES SON INCOMPRENSIBLES...
TE HUYEN CUANDO LOS SEGUÍS; TE SIGUEN CUANDO LES HUIS...
HÚYELES PARA QUE TE SIGAN, PERO...
HAZLO DESPACIO PARA QUE TE ALCANCEN..



sábado, 7 de febrero de 2009

Buscando a un hombre

No es nada nuevo esto de buscar a un hombre. El primero en hacerlo parece que fue otro hombre, Diógenes, un griego que hacía de la pobreza extrema una virtud. Vivía en un barril y no tenía más propiedades que una manta y una escudilla, aunque un día, viendo a un niño beber en la palma de sus manos, se deshizo de ella comprendiendo que era superflua. !No es ese el tipo de hombre que las chicas del siglo XXI tenemos en mente!El problema es que hallamos difícil definir cuáles son las cualidades esperadas y nos conformamos con cualquier cosa, para terminar deshaciéndonos del objeto en cuestión como si fuera algo superfluo.
¿Cómo proceder? Porque convengamos que eso de que "no hay hombres" no es cierto. No habrá en la reunión de "Amigas de la comida verde" o en las charlas de "Psicología armonizadora y reductora de la celulitis", pero que hay hombres, hay. La que no me crea, que se acerque a una conferencia sobre la instalación de telefonía IP y despues me cuenta. O a la calle Florida cuando se teme una corrida bancaria. O al autódromo o a cualquier cancha de fútbol. Lo que pasa es que, pese a toda la postmodernidad, la igualdad de derechos y lo que quieras, seguimos siendo diferentes. Muy diferentes. Nos gustan distintas cosas, vamos a sitios distintos y pocas veces nos cruzamos. Para eso la sociedad desde antes de Diogenes crea espacios de encuentro. El baile, la vuelta al perro y ahora !Internet! Si, chicas, Internet está llena de hombres. Pero....claro, volvemos al punto anterior: ¿Qué queremos de un hombre?
Casi seguramente, para responder a esa pregunta tendremos que seguir retrocediendo un poco más y preguntarnos ¿Qué quiero para mí? ¿Cuál es mi proyecto? ¿Cómo me veo dentro de diez años? ¿Como una profesional exitosa o cuidando a la mamá de él que ya está dando las primeras señales del Alzheimer?
Responder a estas cuestiones nos puede conducir a diferentes actitudes: huir de los hombres, buscar un/a psicologo/a, o seguir participando.
Si, señorita, participando. Antes, cuando usted y yo (o su mama, la que le enseñó a usted) éramos jóvenes, alcanzaba con la peluquería, la boutique y los buenos modales. Total, eran ellos los que tenían que encontrarnos a nosotras. !Y como buscaban! Ahora, eso cambió: aunque el ritual persiste y es conveniente que paguen la consumición en las primeras salidas y les permitimos tomar la iniciativa, en realidad nadie espera que una diga "si" solo porque es un buen partido o "no" porque no muestra un proyecto definido a largo plazo. Y ahí está el problema, porque eso no se sabe tan rápidamente, "hay que conocerse". Salir, comparar, compararse, conversar, comprobar si "hay piel" y "compromiso" o si, simplemente el señor en cuestión (y tal vez nosotras) solo está estamos buscando pasar un rato agradable. !UF!
Si, todo un trabajo, y si no sale bien, a empezar de nuevo. En estos tiempos hace mas falta arremangarse que ir al salón de belleza. Encontrar pareja no es nada, pero nada fácil, y si la pareja que busca es un hombre, menos todavía. Así que, tómeselo con calma y !pico y pala! !Y no perder la confianza!: del otro lado del túnel hay alguien que también está cavando.Ada