miércoles, 7 de enero de 2009

Las estaciones del amor


LA PRIMAVERA DEL AMOR

Enamorarse es como la primavera. Pensamos que seremos felices para siempre. No podemos imaginar que alguna vez dejaremos de amar a nuestra pareja. Es un tiempo de inocencia. El amor parece eterno. Es un tiempo mágico en que todo parece perfecto y funciona sin esfuerzo. Nuestra pareja parece ser la contraparte perfecta. Bailamos sin esfuerzo juntos en armonía y nos regocijamos de nuestra buena fortuna.

EL VERANO DEL AMOR

A lo largo del verano de nuestro amor nos damos cuenta de que nuestra pareja no es tan perfecta como pensamos y de que tenemos que trabajar en nuestra relación. No solo nuestra pareja es de otro planeta, sino que es también un ser humano que comete errores y de alguna manera es imperfecto.
Surgen la frustración y la decepción, las malezas tienen que ser sacadas de raíz y las plantas necesitan un riego adicional bajo el sol cálido. Ya no es tan fácil dar amor y recibir el amor que necesitamos. Descubrimos que no siempre estamos felices y no siempre nos sentimos afectuosos. Esta situación no coincide con nuestra imagen del amor.
Muchas parejas se decepcionan en esta etapa. No quieren trabajar en una relación. Esperan con falta de realismo que será primavera todo el tiempo. Le echan la culpa a su pareja y renuncian. No se dan cuenta de que el amor no siempre es fácil; a veces necesita un duro esfuerzo bajo el cálido sol. En la estación veraniega del amor, necesitamos estimular las necesidades de nuestra pareja así como pedir y obtener el amor que necesitamos. No ocurre en forma automática.

EL OTOÑO DEL AMOR

Como resultado de atender el jardín durante el verano, cosechamos los frutos de nuestro duro trabajo. Ha llegado el otoño. Es una época dorada, rica y satisfactoria. Experimentamos un amor más maduro que acepta y comprende las imperfecciones de nuestra pareja así como las propias. Es una época de acción de gracias y de participación. Al haber trabajado tanto durante el verano podemos relajarnos y gozar del amor que hemos creado.

EL INVIERNO DEL AMOR

Entonces el clima vuelve a cambiar y llega el invierno. Durante los meses fríos e infecundos del invierno, toda la naturaleza se repliega sobre sí misma. Es una época de descanso, reflexión y renovación. Es la época de las relaciones en que experimentamos nuestro propio dolor no resuelto o nuestra personalidad sombría. En ese momento caen nuestras restricciones y emergen nuestros sentimientos dolorosos. Es una época de crecimiento solitario en que tenemos que mirarnos más a nosotros mismos que a nuestras parejas en busca de amor y satisfacción. Es una época de soluciones. Es la época en que los hombres hibernan en sus cuevas y las mujeres se hunden hasta el fondo de sus pozos.
Después de amarnos y aliviarnos a través del oscuro invierno del amor, la primavera regresa entonces inevitablemente. Una vez más recibimos la bendición de los sentimientos de esperanza y amor y de una abundancia de posibilidades. Basándonos en el alivio interior y en la búsqueda del alma de nuestro viaje invernal, estamos entonces en condiciones de abrir nuestros corazones y de sentir la primavera del amor. De John Gray "Los hombres son de Marte, las mujeres de Venus"

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