sábado, 10 de enero de 2009

Manzanas verdes


"¿Cuándo nos vemos?
Mejor, nos llamamos".
El amor era dulce, agridulce, incluso amargo. Con el tiempo -estos tiempos- el amor se hizo ácido. Las reglas cambiaron, de eso no hay dudas: pero nadie sabe cuáles son las nuevas. Y con la falta de códigos cualquiera tiene derecho a sentirse engañado y el engaño es una lastimadura que no deja huellas visibles, pero arde. Por eso, todo el mundo anda con mucho cuidado para no recibir más heridas. Están los que no hacen nada, los que hacen pero no dicen, los que dicen pero no hacen, los que hacen y dicen, pero no se enteran. O sea, todo lo contrario de lo que habría que hacer para llegar a algún acuerdo. Y con tanto desengaño nos transformamos en seres irónicos, hipócritas, ácidos. "Sin compromiso" son dos palabritas que reemplazaron a "Te amo" o "te quiero" en la relación. Y "relación" reemplazó a "matrimonio" (vade retro) "noviazgo" (Dios me libre) e incluso a las más vulgares "fato" o "asunto". Es que un compromiso es cosa seria: Uno se compromete a llegar a horario al trabajo, a pagar las múltiples facturas que el destino nos depara cada mes por debajo de la puerta, a mandar los hijos a la escuela, a cumplir con las cuotas -alimentarias, del coche, del departamento, del aire, etc.- en fin, a mantener el nivel de vida. No queda tiempo para compromisos de incierta recompensa. ¿En qué momento? Nada más pesado que soportar las demandas del otro llamando a cualquier hora para hacer declaraciones tan estúpidas como "!Te extraño!" o planteamientos como "!Decíme que soy yo para vos!" "¿Qué tipo de relación tenemos?" !Si dan ganas de responder:-!Qué se yo! Preguntále a un tarotista o a tu psicólogo! Yo sé que me gustás, que a veces tengo ganas de estar con vos...pero no sé que podés hacer cuando no te llamo. Y si lo descubrís, por favor, no me lo digas...
Estas épocas son así: el Romanticismo bien, gracias, pero está fuera de moda: !Basta de sufrir!Vivimos tiempos clásicos. Queda mal confundir realidad con fantasía. No es que no sepamos jugar a !me enamoré! porque es divertido, pero cada cosa a su tiempo: no se puede usar portaligas y tacos altos todo el día.
Y esa parece la nueva versión del amor: mucha puntilla, mucho encaje, mucha Barbie, mucho material sintético, cena con velas, champagna, pseudo-erotismo, "www" y viagra. Nada de manzanas tentadoras que tal vez ocultan, sino serpientes, sí desagradables gusanos. Mejor, no dar oportunidad a la deliciosa y roja pasión. Mejor, consumir sólo las verdes y ácidas, de prisa, sin dejarlas madurar para no contaminarnos con los peligros que nos aguardan fuera del shoping.Ada

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